Resumen. El extractivismo no es una práctica nueva en la realidad económica ni de la dependencia de los países de Latinoamérica, toda la historia colonial se escribe sobre ella y todos nuestros territorios fueron objeto de despojo en sus diversas manifestaciones: bienes de la naturaleza vegetal, animal, mineral y simbólica. A la organización territorial de las grandes familias, federaciones tribales, imperios-mundo y minisistemas (Wallersteim, 2006) se impuso violentamente una nueva, centrada en las fundaciones de villas que darían nacimiento a las ciudades y a una organización territorial que giraría desde entonces a partir de ellas (Espinosa, 2018). La independencia mostró el paso del modelo colonial español, al semicolonial inglés, al neocolonialismo estadounidense y al neoliberalismo, sin que en momento alguno de nuestra historia se haya implementado un modelo económico que no haya estado dominado por una base extractivista, misma que ha determinado el modelo territorial, funcional a cada período histórico nacional. La ponencia propone una lectura crítica que relaciona los acuerdos de paz suscritos en 1902, para cesar la Guerra de Los Mil Días y en 2016, para cesar el conflicto interno armado con las FARC-EP y las presiones que para imponer una paz interna fueron concertados desde actores internacionales y oligarquías nacionales, buscando generarle al capital corporativo transnacional un escenario favorable, en tiempos de acumulación flexible y avance agresivo del extractivismo, que ha impuesto, tanto hace un siglo como ahora, un ordenamiento territorial (ne-ordenamiento) funcional a su modelo y ajeno al interés nacional.
Palabras claves: Extractivismo, ordenamiento territorial, colonial, semicolonial, neoliberalismo.
Mots clés : Extractivismo|Ordenamiento territorial|colonial|semicolonial|neoliberalismo
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